¿Qué ocurrió con la cruz en la que murió Jesús?
Constantino y su madre, Helena, fue el iniciador de esta historia de la cruz de Cristo
19 abril 2025 • 09:00 am


- Decenas de monasterios e iglesias alrededor del mundo señalan tener al menos un trozo de la llamada “vera cruz” en sus altares, para la alabanza de sus fieles. Y muchos de ellos basan la veracidad del origen de sus reliquias en textos de los siglos III y IV, que narran el hallazgo en Jerusalén del trozo de madera preciso donde fue ejecutado Jesucristo por los romanos.
“Ese relato, que incluye al emperador romano Constantino y a su madre, Helena, fue el iniciador de esta historia de la cruz de Cristo, que ha llegado hasta nuestros días”, explicó Candida Moss, profesora de Historia de los Evangelios y Cristianismo Temprano en la Universidad de Birmingham.
Fue hacia el siglo IV que se cree que el obispo e historiador Gelasio de Cesarea publicó un relato en su libro “La historia de la Iglesia” sobre el hallazgo en Jerusalén de la “vera cruz” por parte de Helena, santa de la Iglesia católica y, además, la madre del emperador romano Constantino, quien impuso el cristianismo como religión oficial del Imperio.

La “Leyenda dorada” del siglo XIII, señala que Helena, enviada por su hijo para hallar la cruz de Cristo, es llevada hasta un lugar cerca del monte Gólgota, donde se supone fue crucificado Jesús, y allí se encuentra con tres cruces.
Algunas versiones señalan que Helena, al dudar de cuál sería la verdadera, puso a una mujer enferma sobre cada una de las cruces y la que finalmente curó a la mujer fue considerada auténtica.
Otros historiadores afirman que la reconoció porque era la única de las tres que tenía signos de haber sido usada para una crucifixión con clavos, dado que según el evangelio de Juan, Jesús fue el único que fue crucificado con ese método en esa jornada.
Parte de la cruz adjudicada a la misión de Helena fue llevada a Roma (la otra se quedó en Jerusalén) y, de acuerdo con la tradición, gran parte de los restos se encuentran conservados en la basílica de la Santa Cruz de la capital italiana.
En 2010, el investigador estadounidense Joe Kickell, miembro del Comité para la Investigación Escéptica, llevó a cabo un estudio para determinar el origen de astillas que se consideraban parte de la “vera cruz”.
“No hay una sola evidencia que respalde que la cruz hallada por Helena en Jerusalén, o por cualquier otra persona, sea la verdadera cruz donde murió Jesús. La historia de la procedencia es ridícula. Y el carácter milagroso de que se puede recomponer, no importa cuántos pedazos saques de ella, también”, escribió Kickell.
Tanto para Moss como para Goodacre, la posibilidad de encontrar la verdadera cruz de Cristo es muy remota.
Fuente: Agencias