El fandango: herencia viva de Veracruz que une generaciones con ritmo y verso
El fandango está presente incluso en otras naciones como Estados Unidos, Argentina, Colombia y España
20 julio 2025 • 12:00 pm


Veracruz.- El fandango veracruzano brilló una vez más como una vibrante expresión cultural y símbolo de identidad en las comunidades del estado, reuniendo a músicos, bailadores y familias enteras en plazas y calles para celebrar con alegría, zapateado y versos improvisados.
Esta fiesta popular, profundamente enraizada en las tradiciones del Sotavento veracruzano, no es solo un espectáculo, sino una forma de convivencia donde el son jarocho, el ritmo que da vida al fandango, es interpretado con jaranas, requintos, arpas, quijadas de burro y marimboles, mientras los versos fluyen al calor del baile.

Música, coplas y zapateado: el corazón del fandango
El fandango se organiza en torno a la tarima, una plataforma de madera donde los bailadores hacen sonar su zapateado como un instrumento más, marcando el compás de la música. Mujeres y hombres, vestidos con trajes típicos, intercambian pasos al ritmo de canciones como La Bamba, El Colás o El Balajú, mientras los versos improvisados –muchos con tintes humorísticos o picarescos– reflejan temas actuales, historias del pueblo o tributos a la tierra.
“El fandango es más que un baile, es una forma de vivir nuestra cultura y compartirla de generación en generación”, afirmó Florencio Hernández, músico tradicional de Tlacotalpan.

Una tradición que se fortalece
Gracias a los esfuerzos de comunidades, músicos tradicionales, casas de cultura y colectivos de son jarocho, el fandango ha vivido un resurgimiento en los últimos años, siendo celebrado no solo en Veracruz, sino en otros estados e incluso fuera del país.
Escuelas, talleres comunitarios y festivales como el Encuentro de Jaraneros en Tlacotalpan o el Festival del Fandango en Alvarado, han sido claves para fortalecer esta tradición y atraer a jóvenes interesados en sus raíces.
Patrimonio vivo
El fandango es una de las expresiones culturales que mejor representa la diversidad, creatividad e identidad del pueblo veracruzano. Por ello, colectivos culturales han impulsado iniciativas para su reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial, tanto a nivel nacional como internacional.
En cada tarima que vibra y en cada verso que se entona, el fandango continúa siendo una fiesta viva, donde la comunidad se reencuentra con su historia y su alegría, celebrando la música que une corazones y generaciones.
“Mientras haya una jarana, un verso y unas ganas de bailar, el fandango seguirá vivo”, concluyó doña Carmela, bailadora de 82 años de Cosoleacaque.
Fuente: Agencias