Dunas, historia y encanto: el poblado del desierto que conquista con su belleza natural y legado colonial
El origen de La Laguna está al suroeste de Coahuila, con las Dunas de Bilbao formadas por el Mar de Thethys.
27 agosto 2025 • 08:00 pm


Comarca Lagunera, Coahuila.- En medio del desierto, donde el viento modela el paisaje y el tiempo parece haberse detenido, se alza un pequeño poblado de casi 300 años de antigüedad, uno de los pioneros en el poblamiento de la Comarca Lagunera. Este lugar no solo guarda las huellas del pasado, sino que se ha convertido en un tesoro natural y cultural que encanta a quien lo visita.

El motivo: las majestuosas Dunas de Bilbao
El principal atractivo de la zona son, sin duda, las Dunas de Bilbao, un espectacular sistema de médanos que forma parte de un área natural protegida de 16,000 hectáreas, de las cuales solo el 20% está destinada al ecoturismo para preservar su frágil ecosistema.
Estas dunas, de las más bellas y accesibles de México, ofrecen un paisaje casi surrealista que ha seducido a productores de cine, fotógrafos y aventureros. Son también el lugar ideal para los amantes del sandboarding y las caminatas al atardecer, cuando la luz del sol tiñe la arena de dorado.
La biodiversidad de este entorno árido es sorprendente. Aquí crecen matorrales resistentes y plantas rodadoras que sobreviven a condiciones extremas, además de ser hábitat de especies endémicas, como la lagartija Uma Exsul, en peligro de extinción.

Entre ruinas y barroco: historia viva del desierto
Más allá del asombro natural, el poblado guarda joyas arquitectónicas como la capilla barroca de la ex Hacienda de Santa Ana de Hornos, una construcción que resiste el paso del tiempo y se mantiene como símbolo de la historia regional.
En sus alrededores también se pueden visitar las ruinas de una antigua fábrica de sal, vestigios de una actividad económica clave para la región en siglos pasados.

Lo imprescindible
Quien visita este lugar debe:
- Pasear y fotografiarse entre las Dunas de Bilbao.
- Admirar la arquitectura de la capilla barroca de la ex Hacienda de Santa Ana.
- Recorrer el pueblo, degustar sus dulces típicos y brindar con un buen sotol, bebida emblemática del desierto.

Un destino que lo tiene todo
Este rincón del desierto mexicano combina paisajes dramáticos, biodiversidad única y un valioso legado cultural. Perfecto para una escapada de fin de semana o para quienes buscan experiencias auténticas, este poblado es prueba de que incluso en los terrenos más áridos florece la belleza.

Fuente: Agencias